Guatemala y el amplio abanico de partidos políticos en la era democrática del país muestra la fragmentación electoral

Un multipartidismo sin pies ni cabeza, magistrados del Tribunal Supremo Electoral presionando para obtener uno de los contratos más innecesarios, sobrevalorados y nefastos de la historia del país que hace pensar que existen intereses corruptos atrás de la insistencia de contratar un software para contabilizar los votos, y candidatos a puestos populares que son los mismos de siempre que no han mostrado interés para mejorar la calidad de vida de los guatemaltecos marcará las elecciones 2023 en Guatemala.

Para Mi Gente Informa, Rodrigo Fresse desde Ciudad de Guatemala.

Las elecciones se aproximan, los 5 candidatos favoritos empiezan a ofertar

Pronto será la fecha cuando el Tribunal Supremo Electoral de el “estartazo” para que los partidos políticos inicien su carrera para obtener la presidencia, diputaciones y alcaldías. Pero qué le espera a Guatemala y a sus habitantes ya cansados de votar por “representantes populares” que solo buscan satisfacer sus necesidades económicas.

Hasta la fecha, han sido presentados ocho binomios que buscarán ganar las elecciones 2023, entre quienes resaltan por ser más conocidos Edmond Mulet de Cabal, Zury Ríos de Valor, Roberto Arzú de Podemos, y Thelma Cabrera de MLP, sin olvidar que a estos se les sumará posiblemente Sandra Torres del partido UNE.

Actualmente diferentes sitios de encuestas como CID- Gallup, C & E Research, ubican Zury Ríos como la amplia favorita para ganar las elecciones teniendo esta candidata problemas tipo constitucional para poder ser inscrita, al ser hija del conocido militar, y ex presidente de Guatemala, Efraín Rios Montt.

En las diferentes encuestas, aparece Edmond Mulet en el segundo puesto, junto con Sandra Torres, muy seguidos de cerca por Roberto Arzú y Thelma Cabrera. Pero qué podemos esperar de estos cinco candidatos presidenciales.

El representante del partido CABAL Edmond Mulet, buscará retirar a Guatemala del PARLACEN, disminuir el número de diputados al Congreso de Guatemala, y mejorar el gasto público para que el dinero no se centre en la ciudad capital y llegue a todos lo guatemaltecos, además de medicinas gratis, internet gratis en las plazas municipales, y cero tolerancia a la corrupción del país.

Mientras que Zury Ríos propone un gobierno de corte más autoritario y de derecha, ya que espera cambiar el “sistema injusto” que está conformado por “aquellos” quienes quieren mantener pobres a los guatemaltecos para seguir expulsando casi a 600 migrantes diarios, además de impulsar un gobierno digital, y que no hará ningún pacto con corruptos, pues ella se debe al pueblo, por último comentó invertir en la niñez, mejorar el sistema de salud, mejorar la red vial, mejorar los salarios de la fuerza pública, rebajar impuestos y aranceles, y prometió quitar la frontera con El Salvador, para ser una sola región.

Sandra Torres aún no ha sido proclamada pero se espera que sea un gobierno de tipo asistencialista, el cual genera mayor pobreza al utilizar los fondos del Estado en dar ayudas como alimentos, láminas, fertilizantes, a cambio de recibir total apoyo a para sus alcaldes y diputados y así tener el control en políticas públicas.

Roberto Arzú y el mensaje muy cercano a Trump, que busca implementar la pena de muerte, mejorar el IGSS, crear impuestos directos para los hospitales nacionales, y construir más de un millón de viviendas, y reconstruir el tejido vial, mensajes los cuales son sus  ofertas politicas que se ven envueltas en sus polemicas y confrontativas declaraciones en su podcast.

Thelma Cabrera, y la oferta de un país plurinacional, multicultural, que se basará en la redistribución de espacios políticos, esta es la oferta más de izquierda, la cual intentará generar un cambio en la lógica económica, política y social de Guatemala, siendo también más revolucionaria pero que deja muchas dudas en cómo se hará, quién lo hará, y quien lo ejecutará.

Esperemos lo mejor

Los ciudadanos nos acercaremos a las elecciones con la más grande desconfianza luego de los últimos dos grandes fiascos electorales, los cuales han llevado al país a tener uno de los retrocesos más grandes en temas de seguridad, corrupción, respeto a la propiedad privada, salud y educación, variables que han seguido generando mayores índices de conflictividad social y pobreza.