Navidad en Tegucigalpa es reencuentro de tradición, arte y devoción

Para Mi Gente Informa, Ingrid Antúnez desde Tegucigalpa, Honduras. 

Con la llegada del último mes del año, Honduras le rinde tributo a la época más esperada: La Navidad y especialmente, Tegucigalpa se convierte en la cuna donde convergen la tradición, el arte  y la devoción.  Embellecer la capital, impregnando cada rincón del espíritu que contagia de alegría,  es un denominador común, en el que participan entidades públicas, religiosas, privadas y ciudadanos en particular.

Con la llegada del último mes del año, Honduras le rinde tributo a la época más esperada: La Navidad y especialmente, Tegucigalpa se convierte en la cuna donde convergen la tradición, el arte  y la devoción. 

Embellecer la capital, impregnando cada rincón del espíritu que contagia de alegría,  es un denominador común, en el que participan entidades públicas, religiosas, privadas y ciudadanos en particular.

La popular canción del cantautor hondureño Víctor Donaire “Navidad en Tegucigalpa” donde señala en una de sus estrofas: “Y adornada de luces sus calles, por doquier alegría se ve, nacimientos pequeños y grandes acunando al Niñito Jesús”, revive tradiciones de arraigo.

Lo que demuestra que los capitalinos a través de los tiempos han sabido mantener intactas sus costumbres de antaño. 

 La iluminación y ornamentación de plazas, parques, avenidas, bulevares, viviendas, con árboles inundados de foquitos, guirnaldas, entre otras decoraciones son propicias para que las familias se reúnan todas las tardes y disfruten del espíritu de alegría y esperanza que impera en la temporada.

Otra de las grandes tradiciones en Honduras son los nacimientos, símbolos de la devoción. Recrear la maravillosa escena del acontecimiento que ha marcado la historia de la redención de la humanidad; más que una tradición, es un acto de devoción donde también se combina el arte.

Desde que San Francisco de Asís realizara el primer nacimiento, hace 798 años, dicha actividad  se volvió  costumbre en el mundo y en la capital catracha, así como  en los rincones de tierra adentro. 

 En las iglesias y hogares se pueden apreciar estos altares en honor al advenimiento de Jesús.

Las Posadas, recorridos de esperanza

Otra de las tradiciones celebradas en Honduras durante esta época son las posadas. Estas se realizan nueve días antes de la Navidad. Es el tiempo donde las calles de barrios y colonias de la ciudad se convierten en el camino que recorrieron José y María hacia Belén, pueblo escogido donde nacería el Salvador del mundo.

Grupos de fieles se desplazan por la noche a diferentes viviendas en busca de alojamiento. Estos llevan devotamente las imágenes de la sagrada pareja, o bien les acompañan niños o jóvenes que representan a los santos peregrinos, mientras entonan villancicos.

Una vez que llegan a la casa seleccionada se toca la puerta y se establece un diálogo cantado:

“En el nombre del cielo, os pido posada, pues no puede andar mi esposa amada…  De adentro responden: ” aquí no es mesón, sigan adelante, no les puedo abrir, no vaya a ser un tunante” y así se continúa hasta convencer al casero que les ofrece la posada, con el famoso estribillo: “entren santos peregrinos reciban este rincón…”

Este acto piadoso es considerado como medio de evangelización que prepara al cristiano católico para recibir al niño Jesús, y cómo se está en tiempos de pandemia se deben tomar las medidas de bioseguridad.

Asistir a los oficios religiosos, como la Misa del Gallo forma parte de la fe de quienes desean regocijarse con el mensaje de esperanza que trae la buena noticia de hace más de 2000 años y que aún continúa vigente.

Cena y familia, un gozo en los hogares

Y algo muy especial e importante es la cena navideña. Para esta época Honduras ofrece una exquisita y variada gastronomía, donde el nacatamal, ya sea de cerdo o pollo, es el platillo representativo.

Las amas de casa se afanan en sus hogares para preparar este manjar recurriendo a la receta heredada por sus ancestros, a la que no le deben faltar una masa bien preparada y sazonada, papas, arroz, carne y las hojas de huerta para envolver.

También se mencionan otras comidas como la pierna de cerdo horneada, la gallina rellena, el pavo, sin pasar por alto los postres donde las torrejas ya sean de pan o pinol son las preferidas.

El rompope junto con la mistela son las bebidas tradicionales que se comparten para este tiempo de Navidad.

Asimismo la detonación de pólvora pese a las campañas de no hacer uso de la misma, es una actividad a la que siempre se recurre en la capital y en el interior del país, en en especial para fin de año, con la quema de los años viejos, cuyo propósito es quemar las penas y sinsabores que ha dejado el año que se va.

Cartas para Santa 

Hace ya varios años entre los niños capitalinos se ha implementado una tradición que los llena de emoción y alegría: escribirle cartas a Santa Claus.

Las oficinas del Correo Nacional son visitadas por los infantes llevados por sus padres, para enviar correspondencia al tradicional personaje que reside en el Polo Norte, con el propósito de pedirle regalos en especial juguetes.

Estas entre otras son algunas de las tradiciones arraigadas entre los capitalinos y hondureños en particular, sin faltar una muy especial, el fraternal abrazo que a las 12 de la noche se comparte con seres queridos y amigos para desear Felices Pascuas de Navidad y Año Nuevo.

A nuestros compatriotas que han dejado el país, les mandamus un pequeño recordatorio.