Comerciantes salen a vender en Totonicapán y Quetzaltenango sin mayores medidas de prevención

Óscar De León
Corresponsal de Quetzaltenango para Mi Gente Informa

Crisis económica por pandemia COVID-19 obliga a vendedores de Totonicapán y Quetzaltenango salir a las calles a instalar mercados clandestinos, convirtiéndose en riesgo de propagación del virus.

El departamento de Totonicapán cuenta con ocho municipios, dentro de ellos San Francisco el Alto, conocido en la región altiplano y en el país por sus tradicionales días de plaza que inician desde el martes en horas de la tarde y terminan el sábado al mediodía.
Esta es la plaza más grande de la región y en ella se pueden encontrar prendas de vestir, mueblería, telas típicas, animales domésticos, frutas y verduras, entre otros productos.

Sin embargo, por más de 100 días, las autoridades municipales no han permitido a los vendedores instalarse en las calles del municipio, por lo decretado por el Gobierno de Guatemala, con el objetivo de proteger la salud y evitar aglomeraciones de personas que causen la propagación del COVID-19.


La presión económica de los vendedores cada día es más apremiante, situación por la cual los comerciantes optaron por instalarse a lo largo del Km. 189.5, Cuatro Caminos, Totonicapán, hasta el Km. 209 sector la cuchilla, San Francisco el Alto para ofrecer sus productos.


Juana García, comerciante de telas típicas, aduce que al no tener otro ingreso, decidió instalarse en la carretera porque hay personas que siempre buscan sus productos y ella tiene que pagar préstamos. Aclara que el Gobierno no les ha brindado ninguna ayuda.
Por su parte, José Manuel Gómez García, alcalde de San Francisco el Alto, refiere que ellos no pueden retirar a las personas del lugar y evitar las aglomeraciones que las ventas en las carreteras están creando, porque muchos de ellos le han dado a conocer que la medida les está afectando su situación económica.
Durante los días de plaza diariamente se tenía un registro mínimo de más de 800 vendedores que llegan a comercializar sus productos y quienes dependen de sus ventas para vivir.

Mercados clandestinos en Salcajá, Quetzaltenango
No solo los comerciantes que asisten a los días de plaza en el mercado más grande de la región se vieron afectados, también más de 500 comerciantes del municipio de Salcajá, Quetzaltenango, han optado por instalarse en el Km. 191, sector el Migrante y en la circunvalación del dicho municipio que va desde el Km. 191 hasta el Km. 193.
Karina Manrique, Jueza de Asuntos Municipales, juntamente con el personal del Centro de Salud, Policía Nacional Civil y Policía Municipal de Tránsito de dicho municipio, apercibieron a los vendedores que se instalaron en dichos lugares, para que acaten las disposiciones presidenciales y eviten arriesgar su salud y su vida.


Asimismo, las autoridades solicitaron a los vendedores que implementen las medidas preventivas mínimas para evitar la propagación de la pandemia COVID-19, porque muchos de ellos no las cumplen, además se han instalado en lugares de alto riesgo, en donde a diario pasan más de 10 mil vehículos a pesar de las restricciones.
María García, comerciante por más de 10 años y quien se ha dedicado a vender telas típicas en las diferentes plazas de la región Altiplano, argumenta que en los últimos tres meses, no ha recibido ningún apoyo del Gobierno Central y por lo cual necesitaba salir a trabajar. “Debido a la cuarentena se nos acabaron nuestros pocos ahorros, y no nos dieron permiso para vender”, complementó.

El presidente de la Asociación Nacional de Municipalidades de la República de Guatemala, ANAM, y alcalde del municipio de Salcajá, Quetzaltenango, Miguel Ovalle, asegura que el listado de apoyo para el comercio informal fue tomado por colaboradores del municipio para que el Gobierno les dé apoyo. Agregó que la Presidencia realizará un análisis, primero que los comerciantes no hayan sido beneficiados con el bono familia y segundo que no reciban otro tipo de ayuda, después de ello se dará a conocer quiénes recibirán el apoyo económico.
Hasta el momento las pérdidas en ambos municipios son incuantificables, porque la economía del lugar es generada por el comercio informal en los días de plazas y representa el ingreso de muchas familias, quienes no pueden ya cerrar sus ventas. Esto sucede mientras los vendedores no reciben ningún apoyo del Gobierno Central y la pandemia en el país ha alcanzado su punto más alto.