Autoridades siguen sin poner atención a contaminación del río Michatoya

Guatemala cuenta con cerca de 550 ríos y riachuelos, que abastecen al país de agua dulce. Sin embargo, debido a malas prácticas ambientales, más del 90 por ciento de sus caudales están contaminados y el agua no es apta para consumo humano. Uno de los problemas más graves se da en el curso del río Michatoya, que sufre de contaminación debido a la industria textil, sin que las autoridades se decidan a tomar cartas en el asunto.

Por Giovanni Aldana para Mi Gente Informa, desde Ciudad de Guatemala.

El río Michatoya nace en Amatitlán, en el departamento de Guatemala, en el lago del mismo nombre. Recorre ese municipio y se interna en Escuintla, atravesando Palín y Masagua para desembocar finalmente en el Océano Pacífico.

Es uno de los ríos principales del país y antes del crecimiento de la industria en sus alrededores, se podían encontrar peces, cangrejos, camarones y caracoles en sus aguas. Desde siempre ha sido una de los fuentes principales de agua para los pobladores de las áreas aledañas a su cuenca.

Sus aguas se empezaron a degradar a medida que aumentaba la contaminación del lago de Amatitlán. Además, aguas negras y residuales son vertidas a su corriente sin ningún tratamiento. Esto se agrava a medida que crecen los asentamientos humanos e industriales en sus alrededores.

La proliferación de industrias textiles en Palín, pareciera que ha sido el tiro de gracia que el Michatoya recibe desde hace años, sin que las autoridades hagan algo para solucionar el problema.

En una inspección aérea se aprecia activación de restos de jabón, produciendo espuma en las aguas del Michatoya, a su paso por Escuintla

Las aguas del río ya no son aptas para el riego. Los peces y cangrejos son cosa del pasado. Ahora, el Michatoya es por tramos, un río de agua maloliente y contaminada con metales pesados desechados por la industria, así como de plaguicidas y herbicidas de grandes plantaciones.

Un río de colores

Ya en abril de 2016, vecinos de Palín dieron la voz de alarma cuando las aguas del río amanecieron de color rojo y emanando olores fétidos. Estos acusaron a las maquilas (empresas de textiles) de verter sus residuos químicos al río sin ningún control. El Michatoya pasó días con sus aguas teñidas de rojo y verde, además de restos jabonosos.

Autoridades locales del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales reconocieron en ese momento que la mayoría de fábricas textiles del lugar no contaban con plantas de tratamiento de aguas y las que tenían, no sseguían los procedimientos adecuados.

Acá se observa una disminución del caudal debido al ingreso del agua a una pileta de tratamiento. Sin embargo, el agua sigue teniendo un color café

Ya en 2011 se denunció a una empresa por contaminar las aguas del río Michatoya, un acción que no llegó a ninguna solución. Para poder actuar legalmente contra estas empresas, se necesita un estudio de los ríos y de sus aguas, pero las autoridades admiten que no cuentan con personal y equipo adecuado para hacerlo.

Impacto industrial

Si bien la industria textil es uno de los principales pilares de la economía del país, es una de las actividades productivas con mayor consumo de agua. Las aguas residuales que generan contienen contaminantes de diversa naturaleza.

Entre ellos se destacan los colorantes, compuestos altamente resistentes a la degradación microbiana, por lo que son difíciles de eliminar en las plantas de tratamiento convencionales.

Los efluentes (líquidos residuales que emanan de una instalación), de la industria textil contienen una variedad de contaminantes como cloruro de sodio y sulfato de sodio, proveniente del teñido, agentes surfactantes como fenoles, metales pesados y compuestos orgánicos como solventes clorados, provenientes del lavado y la limpieza de las máquinas.

Al salir de la pileta de tratamiento y ser regresada a su cauce natural, el agua pasa del color café a gris

Todo eso va a parar a las aguas del río lo que ha provocado que ya no hayan peces. Tampoco se puede utilizar para riego de cultivos y, si se usa, puede convertirse en un serio problema de salud pública.

La de nunca acabar

En febrero de 2022, los vecinos nuevamente alertaron sobre la contaminación del río, que por varios días se vio con sus aguas teñidas de un color rojo a café oscuro, sin que las autoridades accionaran.

Una reciente inspección aérea realizada por la cuenca del Michatoya en el área de Palín, donde se asientan las textileras, arrojó imágenes en las que se puede apreciar la persistencia de la contaminación del río. Se observa el cambio de color en la consistencia del agua.

Además, por el aumento de velocidad y el cambio del tipo d caudal de laminar a turbulento, se aprecia activación de restos de jabón que va en el agua, produciendo espuma en las aguas.

Cuando el río pasa por las industrias textileras, sus aguas sufren un cambio significativo en su caudal y color

La corriente del río es de color café y por tramos cambia a gris. Si bien, se observa algunas plantas de tratamiento parecieran no ser suficientes para eliminar todos los residuos contaminantes del agua.

Mientras tanto, las autoridades guardan silencio y siguen sin accionar ante la contaminación del Michatoya. Los vecinos siguen expuestos a una contingencia de salubridad y los cultivos de los alrededores en riesgo latente de contaminación. El caso del Michatoya es apenas un ejemplo del poco interés por preservar la riqueza hídrica de nuestro país.