¿Pierde Guatemala la guerra contra el trasiego de droga?

Para mi Gente Informa , Giovanni Aldana desde Ciudad de Guatemala

Por segundo año consecutivo, Guatemala reporta un descenso significativo en el decomiso de droga, pese a los esfuerzos de las autoridades por combatir este flagelo. Nuestro país ha sido definido como un punto importante de la llamada “ruta centroamericana de la droga”.

Los estupefacientes suelen llegar a territorio centroamericano proveniente de Colombia y Venezuela a través del Océano Pacífico en embarcaciones no registradas, o bien vía aérea en vuelos ilegales que regularmente aterrizan en pistas clandestinas ubicadas en zonas poco accesibles del norte del país.

Después ingresa a México para finalmente entrar en el mercado de los Estados Unidos. Guatemala se ha convertido en un puente importante para el paso de la droga. No es extraño ver en Petén aeronaves no identificadas que aterrizan y despegan con tranquilidad ante la poca vigilancia y capacidad de reacción de las autoridades.

Según expertos en el tema, por Guatemala transita el 90% de la droga que ingresa a territorio norteamericano.

Según un informe presentado por la Subdirección de Análisis e Información Antinarcótica (SGAIA) de la Policía Nacional Civil (PNC), el año pasado se decomisaron 11,011 kilos de cocaína. La droga incautada tiene un valor de Q1 mil 131.4 millones.

Esto representa una baja de casi el 20% en los decomisos en comparación con 2020, año en el que se incautaron 13,628 kilos. Ese año, el primero de la gestión del presidente Alejandro Giammattei, también reportó una baja del 28.28% en comparación a 2019.

El referido año, el último de la administración de Jimmy Morales, se decomisaron 19 mil kilos de cocaína, la mayor cantidad incautada en un año de la historia. En 2018, fueron 16,829 y en 2017, 13,600, según estadísticas del Ministerio de Gobernación.

¿Qué droga se incautó en el país?

El informe de la SGAIA detalla que además de la cocaína, en 2021 se erradicaron más de 21.52 millones de mata de amapola, que tienen un valor de Q 538 millones. El opio crudo se extrae del bulbo de esta planta.

También se destruyeron unas 3.33 millones de matas de marihuana y 1.76 millones de arbustos de hoja de coca. Esto último llama la atención pues el país está definido como un país de tránsito de estupefacientes, y no como productor de droga.

En menor medida se trasiegan otro tipo de estupefacientes o precursores para la elaboración de droga. Las autoridades reportaron el decomiso de 14 kilos de metanfetaminas, 9 kilos de crack, 2,238 libras de marihuana ya procesada, así como 23 toneles y 3 recipientes plásticos con droga sintética.

Además, el reporte indica que se decomisaron 374 vehículos, siete embarcaciones, 286 armas de fuego, así como 12 mil municiones de diferente calibre.

Como dato positivo, aumentó el número de personas capturadas. En total se detuvo a 57, todas ellas requeridas por Estados Unidos, acusados de delitos de narcotráfico. En 2020, se capturó a 15 personas y el año anterior fueron 21.

La fiscalía de Delitos de Narcoactividad del Ministerio Público también presentó un informe en el que detalla la desarticulación de siete estructuras criminales relacionadas con el trasiego ilícito, así como la destrucción de 21 pistas de aterriza clandestinas y seis laboratorios ilegales para procesar droga, estos último con un valor estimado de 800 mil quetzales.

La citada Fiscalía apoyó en la ejecución de 645 allanamientos, en los que se detuvo a 427 personas. Se lograron también 466 sentencias condenatorias relacionadas con el tema.

Además se incautó dinero en efectivo, dinero incautado en quetzales, dólares, pesos mexicanos, euros y lempiras, por un monto total de Q14.24 millones.

Pulso entre autoridades y narcos

Pese a los esfuerzos de las autoridades, las aeronaves cargadas con droga siguen ingresando con suma facilidad al país. En lo que va del año, se ha detectado el aterrizaje no autorizado de naves en territorio petenero.

La prensa colombiana hizo eco de un informe de las autoridades de ese país sobre la incautación de un jet cargado con una tonelada de cocaína procedente de la frontera venezolana, presuntamente enviado por las disidencias de las FARC hacia territorio centroamericano.

El alijo tendría como destino final el cartel mexicano Jalisco Nueva Generación. Los reportes indican que se alertó a las autoridades guatemaltecas, las que obligaron a descender al “narcojet” en el área de Sayaxché, Petén.

Estas estructuras del crimen organizado están expandiendo el destino de la droga también. Sus “clientes” ya no están solo en México o Estados Unidos. La semana pasada se decomisaron 1,200 kilos de cocaína en República Dominicana, ocultos en un contenedor cargado de banano, procedente de Guatemala. El destino final de la droga era Bélgica.

Esto solo demuestra la fragilidad de nuestras fronteras y el poco impacto que tienen los decomisos y capturas. Analistas del tema consideran que las extradiciones no han dado los resultados deseados pues se captura solo a “mandos medios y bajos” que no tienen poder de decisión y no delatan a quienes dirigen las estructuras.

Se trata de miembros que solamente se encargan de supervisar que la droga llegue a su destino, “no toman decisiones importantes”. Por esa razón no disminuye el trasiego de ilícitos en nuestro territorio.

La fiscalía de Delitos de Narcoactividad del MP ha detectado evidencia de influencia de grupos mexicanos que operan en nuestro territorio y han logrado establecer vínculos con funcionarios y posiblemente con miembros de la PNC y el Ejército.

Por ejemplo, se sabe que el Cártel Jalisco Nueva Generación tiene intereses en nuestro país desde 2018. En diciembre del año pasado se capturó a Carlos Enrique Durán Cáceres, mayor de Aviación; Ángel Eliberto Vargas Urízar, capitán segundo de Material de Guerra; y Walter Vinicio Contreras Munguía, teniente de Infantería, acusados de colaborar con el narco.

Se necesita entonces más que decomisos y operativos para irle ganando el pulso al trasiego de droga en nuestro país. Pareciera que dicho pulso lo va perdiendo Guatemala.