Algunos diputados del partido GANA promueven la iniciativa para combatir a las pandillas
Para Mi Gente Informa, por Silvia Hernández, desde San Salvador, El Salvador-.
La posibilidad de llevar al pleno legislativo una propuesta que contenga la pena de muerte tomó fuerza, tras la implementación del Estado de Excepción en El Salvador.
La iniciativa está en manos del diputado de GANA, Guillermo Gallegos, sin embargo, otros legisladores la respaldan.
“El tema de la pena de muerte despierta pasiones, pero creo que se debe de analizar su aplicación en el país”, dijo el legislador.
“El pandillero no entiende de readaptación, rehabilitación, no entiende una nueva forma de vida, es un sujeto que esta criado así, vive de las extorsiones, de los asesinatos y amenazas, es bien complicado llegar a eso (pena de muerte), pero tarde o temprano si esto no acaba el país tiene que valorar esa posibilidad porque hay otros lugares como Estados Unidos que la aplican”, puntualizó el parlamentario Gallegos.
ANALISTA DE SEGURIDAD NO ESTA DE ACUERDO
“No estoy de acuerdo, no estamos en el viejo oeste para hacer de la justicia un ajusticiamiento”, señaló el analista en temas de seguridad”, Jaime Ramírez.
“La pena de muerte solo es aplicable en el contexto de guerra, por sedición o traición a la patria”, agregó el experto.
Art. 27.- Sólo podrá imponerse la pena de muerte en los casos previstos por las leyes militares durante el estado de guerra internacional.
Se prohíbe la prisión por deudas, las penas perpetuas, las infamantes, las proscriptivas y toda especie de tormento.
El Estado organizará los centros penitenciarios con objeto de corregir a los delincuentes, educarlos y formarles hábitos de trabajo, procurando su readaptación y la prevención de los delitos.
VOTOS PARA SU APROBACIÓN
Para implementar la pena de muerte, se deben realizar reformas a la Constitución de la República y avalarlas con 43 votos de los diputados y luego ratificarlas con 56.
IGLESIA CATÓLICA POSTURA
Por su parte, la iglesia católica se basa a las palabras del Papa Francisco en 2018: “La Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que la pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona, y se compromete con determinación a su abolición en todo el mundo”.