Los inmigrantes reciben apoyo de organizaciones y de la Iglesia Católica, la mayoría de estos son de origen venezolano y deciden continuar el camino hacia New York.
Para Mi Gente Informa, Carmen Rodríguez desde Washington D.C.
En abril, el gobernador de Texas, Greg Abbott, amenazó al presidente Joe Biden, con enviarle a todos los inmigrantes que fueran detenidos en la frontera de su estado, como una medida para mostrar su rechazo al cambio de las políticas migratorias adoptadas por la Casa Blanca.
Abbott cumplió su palabra. Desde el 13 abril ha enviado unos 27 buses que transportaban alrededor de mil inmigrantes, en su mayoría originarios de Venezuela. Sin embargo, no todo es como el gobernador dijo.
Los inmigrantes no son personas indocumentadas. Son familias e individuos que cruzaron la frontera sin documentos pero que ya fueron procesados por las autoridades de migración y están a la espera de presentarse ante una corte migratoria.
Los buses son pagados por el estado; es decir, con fondos de la gobernación que provienen de fondos públicos y la mayoría de las personas que abordan los buses no tienen idea de hacia donde serán trasladados porque no conocen el país.
Juan Carlos, uno de los inmigrantes que llegó la semana pasada en uno de los tres buses que arribaron a Washington DC, dijo que al salir del centro de detención donde fue procesado, solo le preguntaron si quería ir a la capital del país y sin saber a dónde está ubicada dijo que sí.
Pero los documentos que tiene Juan Carlos para la cita de la corte migratoria dicen que debe presentarse a una corte de la ciudad de Seattle, en el estado de Washington, que está al otro lado del país y que no tienen ninguna relación con Washington DC.
Seattle está a unas cinco horas de Washington DC en avión y a unos dos días y medio, viajando en tren.
Desde que la Administración Biden revirtió algunas de acciones implementadas y ordenadas por el expresidente Donald Trump en temas migratorios, se ha desatado una lucha política y mediática entre los republicanos que tienen una agenda antiinmigrante y a la Administración Biden.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, emitió una orden para penalizar con multas a todas las personas que sean sorprendidas transportando y facilitando la movilización a inmigrantes indocumentados en el estado.